Estas croquetas son una variante algo más especial a las habituales de jamón, pollo o bacalao.
Ingredientes
Para unas 8 personas
- 500 gr. de chipirones
- 2 sobres de tinta de calamar (si no se usan las tintas de los propios chipirones)
- 100 gr. de harina
- 100 gr. de mantequilla
- 200 ml. de nata
- 600 ml. de leche entera
- 1 cebolla
- 2 dientes de ajo
- 2 huevos
- Pan rallado
- Aceite de oliva
- Sal
1. Picar la cebolla. En una cazuela grande, dorarla con los ajos en un chorro de aceite de oliva a fuego suave. Cuando esté (unos 15 minutos), retirar del fuego.
2. Limpiar bien los chipirones y picarlos lo más finito que se pueda. Retirar los ajos del aceite, volver a calentarlo a fuego medio, y saltear los chipirones. Añadir la mantequilla y dejar unos 5-10 minutos que se vayan haciendo a fuego suave.
3. Añadir una pizca de sal y la harina. Mezclar bien y dejar cocer 10 minutos a fuego suave. Calentar la leche con la nata, y cuando esté a punto de hervir, ir añadiéndola cazo a cazo a la harina, sin dejar de mover con una cuchara de madera. El fuego debe estar muy suave, porque la bechamel no puede hervir.
4. Cuando veamos que queda una crema brillante, no pastosa pero sí espesita, añadir la tinta y mezclar bien. Retirar del fuego, extender en una fuente, filmar y dejar enfriar. Meterla en la nevera y dejar que repose de un día para otro.
5. Cuando se vayan a freír, batir los huevos en un plato hondo, y preparar otro con abundante pan rallado. Ayudándose con una cuchara, ir pasando pequeñas porciones de la masa primero por el huevo, y luego por el pan rallado, dando forma a las croquetas en este último paso.
6. Calentar aceite abundante en una sartén o cazuela, y freír las croquetas a fuego medio-suave. Les tiene que dar tiempo a calentarse por dentro sin quemarse por fuera, y quedar doradas y crujientes. Dejar reposar sobre papel de cocina para que pierdan el exceso de grasa, y servir inmediatamente.
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