Ingredientes
- 12 zamburiñas
- 150 ml de aceite de oliva virgen extra ILove Picual
- 2 dientes de ajo
- 1 cucharada colmada de perejil fresco y picado
- Sal gorda o en escamas tipo Maldon (al gusto)
En muchas de mis recetas siempre acabo diciendo: “El ingrediente es el rey, si empleáis ingredientes de calidad la receta os saldrá de diez puntos” Y me reafirmo en esta receta con una elaboración sencilla donde si invertimos en calidad tendremos como recompensa un sabor impresionante.
Desde mi punto de vista las zamburiñas son de los mejores mariscos que posee Galicia, ya he preparado alguna receta con ellas pero casi siempre he hecho platos tradicionales donde se tapa el ingrediente, como por ejemplo en la famosa empanada de este manjar. En la receta de hoy quiero elevar este ingrediente a un nivel superior, a la gloria de la degustación. Su sabor dulce, como la mayoría del marisco hecho en su punto, está a la altura de las vieiras (otro de mis mariscos preferidos) o de unos buenos mejillones. Y lo mejor es que para realizar este plato no es necesario saber cocinar, no tienes que complicarte mucho la vida, un punto exacto de cocción y un poco de buen aliño con aceite de oliva virgen extra. Dejaréis a vuestros invitados/as flipando cuando traigáis este plato a la mesa, una receta digna del mejor gourmet. Y recordad, poned un trocito de Galicia en vuestra mesa, no os arrepentiréis.
Preparación de zamburiñas a la plancha:
- Si empleamos zamburiñas congeladas (tengo en cuenta que muchos de vosotros no estáis en Galicia y os es más complicado encontrar marisco fresco) suelen salir abiertas y limpias, aunque es bueno mirar si tienen algo de arena por si acaso. Para que esa arena no os estropee tan delicioso bocado, descongelamos las zamburiñas en la nevera la noche anterior y las dejamos en agua fría durante una hora.
- Si conseguís zamburiñas frescas es fundamental quitar bien la arena que suelen traer para que no sea molesta y no nos estropee la receta. Conviene tenerlas unas dos horas antes de cocinarlas en una cazuela o recipiente grande de plástico. Debemos añadirles agua fría, un buen puñado de sal gruesa y cambiarles tres veces el agua.
- Sacamos las zamburiñas ayudados por un buen cuchillo, arrastramos toda la zamburiña hasta que quede el interior limpio. Reservamos toda las zamburiñas en un plato y limpiamos con el cuchillo la cáscara de la concha por si tuviese algún resto pegado a su superficie. Tenemos que lavar muy bien las conchas pues las vamos a meter en la boca. Yo las suelo lavar en el lavajillas, con un programa corto quedan perfectas. Además después de comer los zamburiñas no tiro las conchas porque las utilizo para otras recetas.
- Pelamos y picamos los dientes de ajo, tienen que quedar muy picados, los mezclamos con un poco de sal y aceite de oliva virgen extra y batimos con la batidora eléctrica hasta lograr una salsa homogénea. Lavamos y escurrimos el perejil, cuando lo tengamos seco picamos muy fino y reservamos.
- Calentamos la plancha a alta temperatura, añadimos unas gotas de aceite justo donde vamos a poner la zamburiña con la carne tocando la plancha caliente. Empapamos las zamburiñas sumergiéndolas en el aliño y las ponemos en la plancha, vuelta y vuelta un minuto.
- Colocamos cada zamburiña en su concha y repartimos una cucharadita de salsa en cada una, añadimos un poco de sal en escamas tipo Maldon y espolvoreamos con el perejil picado. Servimos inmediatamente.
Vino recomendado:
Como complemento os recomiendo un vino blanco de mi tierra que el otro día probé en casa de un amigo, tiene un nombre precioso Gallaecia, el nombre con el que los romanos bautizaron a la región noroeste de la península, Galicia. Quizás uno de los mejores albariños de España.- “Martín Códax Gallaecia” Albariño (D.O. Rías Baixas – subzona do Val do Salnés) Bodegas Martín Códax S.A. “En la producción de este vino las uvas proceden de viñas viejas, vendimiadas tardíamente y solamente los años de mejores cosechas. Un vino de color amarillo dorado, limpio y brillante, increíble en boca, con una acidez correcta, aporta una gran frescura, con una intensidad aromática alta y notas de fruta pasificada, incluso recuerdos a membrillo, tiene un ligero aroma a uvas de corinto, orejones o higos, parecido a las frutas mezcladas con miel. Con una graduación alcohólica de 12% vol. En fin, un buen y gran vino con reconocimientos varios como el premio Gallaecia 2007 y la medalla de oro en International Wine Guide 2011, aunque con un precio elevado, 37 €, un vino para una ocasión especial. No dejéis de probarlo.”
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